La trampa
Finalmente, llegaron a una casa abandonada en el borde del
bosque. La casa estaba en ruinas y parecía estar deshabitada desde hacía años.
Sin embargo, era la única opción que tenían para esconderse de la criatura.
Mientras se escondían en la casa, escucharon ruidos extraños
que venían de las sombras. Miguel decidió investigar y desapareció en la
oscuridad. Juan y Sofía se quedaron solos en la casa y se dieron cuenta de que
habían entrado en una trampa. La casa estaba encantada y ellos eran las
próximas víctimas.
La criatura que los perseguía no era más que una ilusión
creada por los espíritus malignos que habitaban la casa. Los amigos se
encontraron atrapados en una pesadilla de la que no podían escapar. Intentaron
buscar una salida, pero todas las puertas y ventanas estaban cerradas con
llave.
Finalmente, se dieron cuenta de que la única forma de salir
de allí era enfrentarse a sus miedos. Armados con valor, abrieron una puerta
tras otra, desafiando a los espíritus. Finalmente, llegaron a la última
habitación de la casa, donde encontraron un cofre con una llave dentro.
Con la llave, pudieron abrir la puerta principal y escapar
de la casa. Afuera, encontraron a Miguel, quien estaba ileso. Juntos, los tres
amigos corrieron hacia la seguridad de sus hogares, sabiendo que nunca
volverían a entrar en la casa embrujada.
Pero cuando llegaron a sus hogares, notaron que
algo extraño estaba sucediendo. Sus familias habían desaparecido y la ciudad
estaba vacía. Entonces, se dieron cuenta de que habían caído en otra trampa. La
casa embrujada había sido solo el comienzo de su pesadilla, y ahora estaban
atrapados en un mundo donde no había salida.
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