Hablemos de censura y crítica
El primer libro que leí este año fue “El amor en los
tiempos del cólera” de García Márquez, no realicé una reseña con todo rigor,
pero sí hablé de lo difícil e incómodo que fue para mí hacer esta relectura,
a pesar de que había sido una de mis novelas favoritas durante años. Centré
mi atención en la pregunta de si al autor le habíamos perdonado todo, pasando
por alto los estándares morales que en la actualidad rigen la vida social y que
ahora entendemos debió haber sido siempre así. Terminé ese escrito mencionando mi
posición sobre la censura por anacronismo.
Todos estamos viviendo una época llena de incertidumbre, sanciones y prohibiciones; motivo por el cual me decidí a plasmar por escrito mis ideas.
¿Desde cuándo la sociedad empezó a mirar el mundo a
través de la censura? ¿Se puede realizar una opinión crítica desde ella? Creo
que debo definir los términos antes de continuar escribiendo.
La censura es la acción
de examinar una obra destinada al público, suprimiendo o modificando la parte
que no se ajusta a determinados planteamientos políticos, morales o religiosos,
para determinar si se puede o no publicar o exhibir (Oxford University Press,
2022). Es decir, es cuando una persona o un grupo determina que algo no es
correcto y que no es apto para que otros lo consuman, haciendo inaccesible el
material.
La crítica es el conjunto de opiniones o juicios que
responden a un análisis y que pueden resultar positivos o negativos (Oxford
University Press, 2022). Como si de una pirámide se tratara, el pensamiento crítico empieza con la observación y culmina con la emisión de un juicio de valor respecto a algo, no partiendo desde nuestros prejuicios sino de la observación, el análisis y la validación de la realidad.
Hay personas que dirán que el juicio crítico es un paso inicial
para la censura, lo que es cierto en parte. Sin embargo, considero que no es posible realizar una opinión crítica
cuando tenemos incompleta la información, cuando nos han eliminado capítulos,
nos han prohibido libros o bloqueado la señal (muy de moda hoy día).
Cuando leemos un libro y expresamos nuestras opiniones sobre
los hechos misóginos, xenófobos, homofóbicos, racistas, entre otros, presentes en la historia, estamos
haciendo una crítica. Cuando hablamos sobre las diferencias que notamos al
realizar una relectura, estamos realizando una crítica. Cuando interactuamos ya
sea en redes sociales, en un club de lectura o en una clase discutiendo un libro y
señalamos las problemáticas presentes en él, estamos emitiendo juicios críticos.
Cuando un libro, una persona o un canal de noticias es
prohibido, estamos hablando de censura. Cuando no es posible manifestar nuestras ideas, estamos viviendo una censura.
Desde mi punto de vista, censurar es realizar un acto de poder. Es imponer a la
sociedad que el juicio de una persona o un grupo es el correcto y, por tanto,
el único que debe existir. Cuando censuramos algo, no permitimos que otros
accedan a dicho bien, lo analicen, validen y emitan su opinión crítica. Lo coaccionamos
a pensar de determinada manera.
La censura nunca será parte de la crítica. La censura busca convertirnos en una sociedad con un pensamiento único y alinearnos a determinadas posturas. La crítica, por su parte, nos invita a analizar, a reflexionar, a pensar; nos hace seres racionales. Realizar una crítica, nos obliga a examinarnos, a evaluar nuestras ideas y conocimientos.
Por todo lo anterior, he estado aterrorizada viendo como
la censura y la cultura de la cancelación crecen día a día. Y sobre todo,
horrorizada de ver que muchas personas comparten la idea de que es correcto que no
nos permitan conocer la información desde distintas perspectivas. Espero que la censura de hoy día no sea el parteaguas para la eliminación de los derechos que hemos ganado a través de los años.
Yo pienso similar. Nunca debemos dar marcha atrás en lo referente a nuestros derechos. Como adultos debemos aprender a distinguir entre lo que es correcto y lo que no, entre la verdad y la mentira; pero siempre teniendo la información completa o el punto de vista de cada implicado. Gracias por la reflexión.
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